El signo de exclamación aterriza, probablemente por primera vez, sobre el tema de un Mensaje Pontificio. Un signo de puntuación, nacido hacia el 1300, innova así la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales de 2022. Porque acompaña una exhortación al final de la cual, con su línea vertical que salta de un punto, subraya la necesidad y la urgencia del tema.
Pero también ilumina su contenido. El signo exclamativo, por norma, «está completamente desestimado en los textos legislativos, científicos y técnicos, ya que se asocia con las emociones, sentimientos y a las expresiones de subjetividad» (Treccani, 2022). Aquí está el calor, después del hielo de la pandemia, que calienta la tinta de: « ¡Escuchen!». Un estímulo – aunque en el modo verbal del imperativo –para redescubrir un elemento fundamental del proceso comunicativo que ha sido degastado por los tiempos. La instantaneidad permitida por los medios digitales en efecto encuentra, en la escucha, un límite en su característica de inmediatez.
Las cascadas de «infodemia» que han inundado el panorama informativo, sobre todo con la pandemia, han acentuado los fenómenos de filter bubble y echo chambe: burbujas sobre las redes sociales, favorecidas por los algoritmos, donde terminan por encontrarse y frecuentarse personas que comparten las mismas opiniones. Espacios en que la escucha no es necesaria porque es el eco de las propias convicciones lo que rebota.
Y toda idea contraria termina por romper el equilibrio algoritmico lanzando acoloradas reacciones que polarizan cada enfrentamiento. Oír no es lo mismo que escuchar porque expresa una elección intencional. He aquí que el llamado del Papa Francisco, en sintonía con el camino sinodal de la Iglesia, no puede sino empujarnos a partir de un “mirarse dentro”.
En continuidad con el Mensaje 2021 – «Comunicar encontrando a las personas donde están y como son» –, el Papa hoy pide al mundo de la comunicación que vuelva a aprender a escuchar mucho». Un ejercicio concreto de la gramática de cada verdadero encuentro y diálogo y aplicar «mucho».
La pandemia ha impuesto un indudable impulso a la comunicación digital. Ahora que estamos tornando a lo presencial, en el camino pastoral y cultural las parroquias representan un lugar natural de escucha. Es importante que la comunicación no encuentre en la realidad parroquial un punto de llegada sino un puente que pueda intercambiar todo diálogo y relación desde la escucha, si se promueve con «valentía, corazón libre y abierto, sin prejuicios». Para que la distancia física, impuesta por la pandemia, no se convierta en distancia social.
Fabio Bolzetta
Presidente nacional Weca Asociación
(Web Católicos italianos)