…Si no se convierten
En aquel mismo momento se presentaron algunos para referirle el hecho de aquellos Galileos, cuya sangre Pilato había mezclado con la de sus sacrificios. Tomando la palabra, Jesús les dice: «¿Creen que esos galileos fueron más pecadores que todos los galileos, por haber corrido esa suerte? Yo les digo, que no pero si ustedes no se convierten, perecerán del mismo modo. ¿O creen que aquellas dieciocho personas,sobre las que cayó la torre de Siloé y las mató, fueron más culpables que todos los habitantes de Jerusalen? No, les digo, pero si no se convierten, perecerán de la misma manera». (Lc 13,1-5)
La idea que Dios
sea un tipo temperamental, sensible y pronto para vengarse, mandando sobre la tierra todo clase de calamidades, está arraigada en el hombre de todos los tiempos. Ante los dolores de la historia parece natural pensar en un Dios pronto para lanzar rayos sobre nosotros. Parece ser esta la idea de los interlocutores de Jesús el cual, en lugar de castigo divino, habla de libertad humana, de responsabilidad del hombre que es llamado en los hechos de la historia a convertirse, a cambiar de dirección y a tomar el camino del bien. Dios tiene paciencia, espera nuestros tiempos, porque su voluntad no es de muerte sino de vida.
En los tiempos felices
como en aquellos oscuros
Yo creo, Señor,
en tu amor misericordioso,
creo que tú me amas siempre,
en los tiempos felices como en los tristes.
Creo que me educas
a través de las tramas de la historia,
y que todo contribuye para mi bien.
Ayúdame a dar frutos de caridad,
haz que yo hunda mis raíces
en el buen terreno de tu palabra. Amén.
Tomado del libro El Evangelio se hace camino de Roberta Vinerba, Paulinas