El apóstol Pablo nos recuerda que nosotros no sabemos ni siquiera qué sea conveniente pedir (cfr. Rm 8,26).
Nosotros pedimos por nuestras necesidades, las cosas que nosotros queremos, “¿pero esto es más conveniente o no?”.
Pablo nos dice: nosotros ni siquiera sabemos qué es conveniente pedir.
Cuando rezamos debemos ser humildes: esta es la primera actitud para ir a rezar.
En la oración, es Dios quien nos debe convertir, no somos nosotros los que debemos convertir a Dios. Es la humildad.
Yo voy a rezar pero Tú, Señor, convierte mi corazón para que pida lo que es conveniente, pida lo que sea mejor para mi salud espiritual.
Papa Francisco