Doris Jeanet Hernández Monguí
Adultos, Jóvenes, Religiosos, Laicos
Un día cualquiera, sin esperarlo, conocí el verdadero amor. Un amor que cambió mi vida por completo. Que ordenó mis prioridades y que caló en mi corazón de la manera más profunda.
Ese amor me quitó muchas vendas de mis ojos, destapó mis oídos, mi boca y, lo más importante, removió todo mi ser. Hoy veo diferente, escucho distinto, pienso de otra manera y vivo como lo hubiera querido hacer tiempo atrás; vivo en paz, una paz que no tiene límites, una paz que se encuentra con el amor más puro.
Y no puedo irme de este mundo, sin que muchas personas puedan también vivir esta experiencia de conocerlo a través de estos escritos, resultado de esos encuentros amorosos con Jesús.
Quiero que descubran también cómo puede llegar ese Ser Supremo a ocupar el primer lugar de su existencia.