En el sugestivo paisaje de Camaldoli, del 3 al 8 de julio tuvo lugar un curso de ejercicios espirituales. Convencidas de que la Iglesia es una comunidad que nace de la Palabra que llama, las Hijas de San Pablo de Arezzo, en colaboración con las Pías Discípulas del Oasis Divino Maestro de Camaldoli, ofrecieron un tiempo de silencio, escucha profunda de la Palabra, paseo meditativo entre bosques y arroyos y discernimiento vocacional.
El Evangelio según Mateo guió los pasos de los participantes en un itinerario bíblico más allá de los miedos de vivir… a la altura de la confianza de la fe. Este es el camino eterno del peregrino creyente. Combinar los dos libros del Apocalipsis, las Sagradas Escrituras y la naturaleza, fue el compromiso concreto de Hna. Francesca Pratillo fsp y Hna. Myriam Manca pddm.
La propuesta de verano enmarcaba «nuestra pequeña fe»: provocada, cuestionada y empujada hacia nuevos horizontes. El tiempo de ejercicio es siempre un tiempo de luz, de paz, de escucha. Es el tiempo del Espíritu: un tiempo fuerte y oportuno para caminar todos juntos hacia Jesús y con Jesús; un tiempo indispensable para descubrir o redescubrir la propia vocación.