En la vida siempre estamos en camino.
Y nos convertimos en aquello hacia lo que vamos.
Escojamos el camino de Dios, no el camino del ego; el camino del sí, no el camino del si. Descubriremos que no hay ningún imprevisto, no hay cuesta arriba, no hay ninguna noche que no se pueda afrontar con Jesús.
Que Nuestra Señora, Madre del Camino, que al aceptar la Palabra hizo de toda su vida un “sí” a Dios, nos muestre el camino.
Papa Francisco