Sr Maria Kimani es la superiora delegada de África Or. (Nigeria • Zambia • Sudán). La Delegación, desde el 1al 28 de Febrero de 2010, ha recibido la ‘visita fraterna’ de la superiora general sr. Maria Antonieta Bruscato, y por las consejeras sr Anna Maria Parenzan y sr Anna Caiazza.
Sr. Maria Kimani nos habla de la presencia de las Paulinas en esta zona africana y de los desafíos que tiene a la misión paulina hoy.
La delegación está formada por seis países: Kenia, Nigeria, Sudán, Tanzania, Uganda y Zambia, es una basta área geográfica que le otorga una variada belleza social y cultural. En cada nación hay solamente una comunidad, excepto en Nigeria donde hay dos comunidades.
Hay un total de 52 hermanas, 7 novicias, 8 prenovicias y 12 prepostulantes.
La delegación es apostólicamente muy activa y dinámica. Las principales actividades apostólicas son: la editorial de libros y audiovisuales, Internet, agencia y distribución, las librerías, la difusión itinerante, la pastoral vocacional.
La misión paulina es bien acogida en cada nación donde estamos. La Iglesia desearía de nosotras una mayor ayuda en la acción pastoral. Pero no tenemos personal suficiente para responder a sus solicitudes. El Señor nos está bendiciendo con buenas vocaciones, y estamos agradecidas por esto, porque es para nosotras un signo de que Él quiere que el carisma paulino ponga sus raíces en África.
El campo donde realizamos nuestra misión es muy basto, pero deseamos llegar a otros países para llevar el Evangelio. Por el momento, esto no es posible, porque tenemos que fortalecer las comunidades que ya tenemos, potenciando el número de miembros.
Vivimos y trabajamos en medio de gente muy pobre, por causa de las situaciones sociales, políticas y económicas. Y esto para nosotras es un desafío que siempre tenemos que considerar para poder llegar verdaderamente a todos.
Y sueño que el Señor continúe enviándonos vocaciones, porque la viña es grande y hay sitio para quien escucha la voz de la llamada.
Espero que la alegría vivida por todas nosotras en estos días de visita fraterna pueda continuar y nos motive a profundizar nuestro sentido de pertenencia a la Delegación, a la Congregación y a la Iglesia para mayor gloria de Dios.
Seguramente la visita ha hecho madurar en el corazón de cada hermana la conciencia de la propia responsabilidad de llevar a Cristo a los otros, con los medios de la comunicación social y también de encontrar nuevas modalidades de anuncio.
Además, estoy segura de que la visita fraterna surgirá un renovado empeño de todas por la animación vocacional que, como se ha recordado, es ‘la prioridad de las prioridades’.