Caminar para descubrir horizontes nuevos
Mt 2, 1-12
No somos seres completos sino perfectibles. En via de realización. Y entonces es necesario caminar, descubrir horizontes nuevos, y no conformarse con verdades preestablecidas, con definiciones dogmáticas estériles, de catecismo rígidos. La tradición hebraica sostiene que «no hay nada escrito que sea un vez por todas y que, siempre, hay que descubrir el sentido» (M. Muller Colard).
Los Magos paganos, son en realidad muy evangélicos. Porque el Evangelio no da soluciones, no indica caminos obligados, no simplifica la vida. El evangelio es para los inquietos, para los que dejan sus guaridas y nidos, para los que niegan que las piedras se tranforman en pan para evitar la desgracia de tenerlas a disposición por toda la vida.
El cristianismo es la aventura (fe) de quien hace suya la aceptación del riesgo, contra la religión que usa al propio dios como póliza de seguro sobre la vida.
Ser cristianos significa desaprender a colorear permaneciendo en los márgenes, aprendiendo a rebelarse y trasgredir todas las leyes que nunca llevaran a florecer al ser humano.
Entonces se hará la experiencia de la gracia, como los Magos han hecho la experiencia del niño. Pero con la conciencia que «la gracia no es la paz, y que la paz no es tranquilidad» (M. Muller Colard).
Como los Magos ser capaz de inclinarse ante la vida frágil e indefensa, conscientes que solo quien comparte con el otro el propio mundo interior, puede alimentar la esperanza de transformar el mundo entero.
Tomado de las Homilías del sacerdote Paolo Scquizzato