Hoja informativa 3

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 24 de julio de 2018

Queridas hermanas:

Hemos llegado a la conclusión de nuestro encuentro. Queremos hacerles partícipes de la alegría de estas intensas jornadas de “gracia”. Una vez más hemos experimentado la belleza y la fuerza de la vocación paulina. Hemos sentido la presencia de las comunidades y sobre todo de los jóvenes, un don precioso que estamos llamadas a acoger, acompañar en el camino formativo. Un clima de serenidad y de comunión nos ha permitido de experimentar cuan “saluble” sea encontrase, compartir y participar.

De los contenidos, de los trabajos de grupo y del compartir en asamblea han surgido propuestas y prioridades que serán llevadas al conocimiento de los gobiernos de circunscripción. Son propuestas que, con matices y expresiones diferentes, confirman y reafirman, para asumir más responsablemente, las líneas que surgieron en el encuentro de las Formadoras del año 2012.

Hna. Anna Maria, nuestra Superiora general, ha estado muy presente en los diversos momentos del encuentro. Al saludarnos, resumió algunos puntos fuerza que ahora les comunicamos:

  • la unificación de la vida en Cristo Maestro a través de un lento proceso de transformación que ocurre en la vida cotidiana cuando nos dejamos traspasar por la “espada” de la Palabra y vivimos en la gratuidad del amor eucarístico;
  • la preparación de las formadoras, capaces de escuchar, de acompañar de manera personalizada, de trabajar en equipo, de discernir y de acoger a las jóvenes nacidas en el mundo digital, con respeto y competencia;
  • – el estilo de vida simple, alegre, misionero, abierto a las culturas y al diálogo intergeneracional de la comunidad formativa;
  • la integración entre las formadoras y superioras para que crezca una “cultura vocacional” que ayude a las jóvenes profesas y a la comunidad a sentirse corresponsables del carisma paulino.

Me gustaría aún subrayar – ha agregado Hna. Anna Maria – cómo el proceso formativo de las jóvenes, pero también el nuestro, requiera opciones que nos ayuden a reconquistar el “gusto” de pensar y de reflexionar, el privilegio de organizar el tiempo para cuidar nuestra vida interior. “Silencio, interioridad, profundidad” para vivir el discernimiento, para ser capaces de escuchar y dar calidad a la comunicación.

Un compromiso por lo tanto, que ve a todas protagonistas del camino “hacia la plena madurez en Cristo”.

Gracias por su cercanía y oración. Un saludo cordial a todas

• Página Web de Encuentro internacional de formación 2018


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