Hacia el Sínodo de los jóvenes: Escuchar, discernir, acompañar, cambiar

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Maria Antonia Chinello, fma

70 páginas dirigidas a los Padres sinodales que, de todo el mundo, son invitados por el Papa Francisco a reflexionar sobre la tarea «por nada opcional» de acompañar a cada joven, sin excepción, hacia la alegría del amor; para redescubrir de cómo la Iglesia de hoy puede ser alma, luz, sol y levadura en el mundo. El Instrumentum laboris de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, sobre el tema: “Juventud, fe y discernimiento vocacional” que se realizará del 3 al 28 de octubre de 2018, ha sido presentado el 19 de junio de 2018 en la Sala de Prensa de la Santa Sede.1

Dos equipos asistieron a los Secretarios particulares del Sínodo, el P. Rossano Sala, salesiano, y el Padre Giacomo Costa, jesuita, en la recopilación de los datos. Las respuestas de los jóvenes a los cuestionarios fueron cuidadosamente examinadas y la transcripción de las respuestas a las preguntas libres del cuestionario ¡llenó más de 10 mil páginas!

Renato Cursi, Secretario del Dicasterio para la Pastoral Juvenil de los Salesianos de Don Bosco, quien coordinó la recopilación de datos provenientes de los cuestionarios compilados por jóvenes de todo el mundo en la primera fase de preparación al Sínodo, resalta que «los datos trazan un perfil de jóvenes que escapan de lugares comunes, prejuicios y estereotipos, que a menudo los grafican como “bebés grandotes, vacíos e insignificantes”. De los cuestionarios surge un escenario de jóvenes inseguros, incomprendidos y desconfiados, pero al mismo tiempo sedientos y exigentes. Inseguros porque no se sienten acogidos por el mundo de los adultos, incomprendido en lo que es importante para ellos, que piden tener a su lado adultos auténticos y capaces de tener relaciones sanas. A quienes les gustaría comunidades cristianas cercanas, una Iglesia coherente y cercana, que los acoja sin juzgar, involucradas y en diálogo con el mundo, también con respecto a los temas del presente: la homosexualidad, el matrimonio entre personas del mismo sexo, el papel de la mujer. Quieren ser no sólo protagonistas, sino participantes de la vida».

El Instrumento de trabajo2, redactado según el método del discernimento, tema del y al mismo tiempo el método de la Asamblea sinodal, se propone no sólo a los Obispos, sino a aquellos que se preocupan por los jóvenes, como “instrumento” para trabajar. Con algunas precisas orientaciones. Está articulado en tres partes, guiadas por otros tantos verbos:

– reconocer, para «participar de la mirada de Dios sobre la realidad, observando el modo en el que Dios nos habla a través de ella»;

– interpretar, para entrar en profundidad, hacia un nivel bíblico y antropológico, teológico y eclesiológico, pedagógico y espiritual. Las buenas ideas iluminan, dan claridad, sueltan los nudos, ayudan a desenredar la madeja, a superar las confusiones y a resolver las fragmentaciones, acompañando hacia una visión integral y sinfónica;

– elegir, para tomar decisiones valientes con miras al futuro, a la luz del camino realizado para llevar a cumplimiento el camino, a través de elecciones compartidas que ayuden en el proceso de conversión pastoral y misionera.

La primera parte, es una mirada amplia sobre “jóvenes” del mundo, en las diferencias y aspectos comunes de los contextos culturales, definidos según tres “lupas”:

– Los jóvenes pobres y abandonados, que son continuamente rechazados por un mundo que se auto comprende a partir del paradigma del descarte, aquel del “compra, usa y bota”;

– Los seis desafíos antropológicos y culturales”: los efectos antropológicos del mundo digital, que impone una diversa comprensión del tiempo, del espacio y de las relaciones humanas; la nueva comprensión del cuerpo, de la afectividad y de la sexualidad; el advenimiento de nuevos paradigmas cognitivos que vehiculan un diverso enfoque a la verdad; la generalizada desilusión institucional, tanto en el ámbito civil que eclesial; la parálisis decisional que aprisiona a las nuevas jóvenes generaciones por caminos limitados y limitantes; la nostalgia y la búsqueda espiritual de los jóvenes, que aparecen menos ‘religiosos’, pero más abiertos y auténticos de experiencias de trascendencia;

– la escucha de cuanto ellos piden: coherencia, autenticidad, espiritualidad, una renovada capacidad relacional y dinámicas de acogida profética; de cuanto ellos solicitan: liturgia viva y eficaz; compromiso desinteresado por la justicia en el mundo.

Un “instrumento” de trabajo que interpela e inquieta, que indica caminos de “conversión pastoral”, para definir el rostro de una Iglesia regenerativa con respecto a los jóvenes, que hace del discernimiento su modo de proceder habitual y su estilo inconfundible, que se compara en lo cotidiano de su vida, que elige estar allí donde están y que sobre todo, se mira «desde el culpabilizar a los jóvenes por su alejamiento de la Iglesia» o desde el lamentarse «como en cambio hacen algunas Conferencias Episcopales, de una “Iglesia lejana de los jóvenes” llamada a emprender caminos de conversión, sin hacer recaer sobre otros sus propias faltas de impulso educativo y de timidez apostólica» (n. 174).

Papa Francisco, en su carta convocatoria del Sínodo sobre los jóvenes, deseaba escucharles porque «los jóvenes dicen a la Iglesia cómo “decir” hoy Jesús». Entonces he aquí, que el Instrumento de trabajo, a nivel operativo, solicita a actuar en torno a algunas palabras:

– discernimiento, como tema y como método para ponerse frente a la realidad, no para un análisis sociológico, sino con la mirada del discípulo, escrutando las huellas y trazos del paso del Señor. Es necesario dejarse interpelar por sus inquietudes, también cuando ponen en cuestión las prácticas de la Iglesia o se refieren a cuestiones complejas como la sexualidad.

– acompañamiento, están llamados a ser auténticos acompañantes: padres, psicólogos, enseñantes, formadores, educadores, monitores y en fin, la comunidad cristiana en todo su conjunto. Los jóvenes mismos señalan las cualidades que debe poseer un buen acompañante, a partir de haber tomado en cuenta sus propias fragilidades y ser testimonio de confianza y esperanza y no jueces severos o alguien que busca imponer modelos pre-establecidos.

– cambios, es decir, hacer elecciones para el cambio dentro de un horizonte de vitalidad espiritual, en la perspectiva de ser Iglesia en salida, sin ningún obstáculo ni preocupación por ocupar el centro; repensando la cuestión vocacional como un todo, ya que una de las grandes debilidades de la pastoral hoy, reside en pensar “vocación” según una visión restringida, que concierne sólo a las vocaciones al ministerio y a la vida consagrada y recomenzando de la acción educativa y pastoral, que interpela a la comunidad cristiana para revisar la organización y la animación de la pastoral, hasta la “conversión institucional”, que se refiere al modo de vivir y trabajar juntos.

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1 Los textos de la Conferencia de prensa del 19 de junio de 2018 están disponibles online en esta dirección: https://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2018/06/19/0457/00986.html#sala o también descargables en pdf aquí: https://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2018/06/19/0457/00986.pdf.

2 El texto del Instrumento de trabajo puede ser descargado en pdf en esta dirección: https://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2018/06/19/0458/00978.pdf o también para consultas aquí: https://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2018/06/19/0458/00978.pdf.


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