LEVANTA LA mirada (JUAN 3,14-21)
El evangelio de hoy es una descripción de la luz que toca la ventana. La luz entra y nos pide que tomemos partido: ¿salir y tomar partido o escondernos detrás de una pared? Y creo que esa llamada a una vida de verdad y de luz, ese llamamiento apasionado que oímos en el Evangelio de hoy, es una oración más de un Dios que no soporta lo que no cambia, lo que no se mueve, lo que no pasa, lo que no nace.
Luz de luz, vuelo de ángeles, carreras y conversiones, Dios como soplo de viento que abre las puertas de los corazones, como voz que desciende del cielo, como velo rasgado del templo…….
En Jesús la descripción de lo divino y lo humano se mueven juntas y son siempre descripciones de movimiento. Un llamamiento, una salida, una travesía… la fe en el Dios de los Padres expresada en el Evangelio de Jesús es una historia de migraciones del alma, metamorfosis de historias, conversiones de corazones.
de una fe que quiera poner orden en las pocas cosas de la vida.
Es un tiempo de viento que levanta caminos quizás desordenados pero libres y, sobre todo, vivos.