La primera llegada de las Hijas de San Pablo a Düsseldorf, el apostolado de la comunicación y de la Palabra, la librería de Núremberg… Recogemos algunos testimonios de los sesenta años de su presencia en Alemania.
Hna. Elena Barchetti, la primera hermana que llegó a Alemania el 15 de septiembre de 1964, junto con Hna. Cecilia Baron Toaldo, vive ahora en Nuremberg, y es el pilar histórico de las Paulinas en Alemania. Del Tirol del Sur, vivaz, de carácter fuerte, parece mucho más joven que sus 88 años.
«Aquel comienzo en Düsseldorf, hace sesenta años, fue aventurero – dice Hna. Elena – porque salimos de Roma el 14 de septiembre y llegamos a Colonia al día siguiente, a las seis de la mañana. Durante unas semanas, fuimos huéspedes de las Hermanas de Herz Jesu (Sagrado Corazón de Jesús). Nadie, ni los superiores ni nosotras, imaginábamos que iríamos a Düsseldorf, nunca habíamos oído hablar de el. Temíamos que ese Düsseldorf fuera un pueblo perdido. Los que nos acompañaban, al ver la aprensión en nuestros rostros, nos dijeron: « No os preocupéis, Düsseldorf es la capital de Renania del Norte-Westfalia». Con el corazón puesto en paz, telefoneamos inmediatamente a la Superiora General en Roma, que nos animó: « ¡Si la Curia les dice que vayan allí, vayan!». Después de nuestra llegada, en septiembre de 1964 -continúa Hna. Elena-, comenzamos nuestro apostolado yendo a visitar a las familias con dos grandes bolsas de libros, y así empezaron a conocernos. Luego pensamos en ir a las bibliotecas de los colegios y de las guarderías. Hemos realizado este apostolado durante años y era muy agotador pero mientras éramos jóvenes no nos pesaba».
En los años ochenta, la presencia de las Hijas de San Pablo en Alemania se amplió a cuatro ciudades, con cuatro librerías, pero hoy sólo están presentes en Núremberg. Se trata de una comunidad internacional, formada por seis Hijas de San Pablo de distintas partes del mundo. Todavía están de luto por la reciente muerte de una joven hermana de Madagascar.
Aunque son una congregación internacional, en Núremberg se las conoce como “las hermanas italianas”. «Tenemos un estilo italiano en nuestra congregación por nuestras raíces; Cuando organizamos nuestros encuentros en Europa – dice la superiora estadounidense hna. Christine Hirsch, llegada al Viejo Continente en 2001 – la lengua oficial es el italiano. En la comunidad, sin embargo, entre nosotras hablamos alemán».
Los tiempos cambian y, después de sesenta años, en Alemania, el apostolado de la comunicación y la Palabra de las Hijas de San Pablo sigue vivo en la Buchhandlung de Nuremberg, lugar de libros y hospitalidad.