Nuevo ataque contra los cristianos en Malasia, donde los edificios religiosos asaltados son 9 en cuatro días. Hoy fue atacado con una bomba incendiaria el templo de Borneo Sidang Injil, en el Estado central de Negri Sembilan, mientras que ayer otros cuatro, entre lugares de culto e institutos, terminaron en la mira de los fundamentalistas.
La onda de actos vandálicos, iniciada el viernes pasado, fue originada por la diatriba sobre la palabra Allah, después que la Alta Corte de Malasia, el 31 de diciembre
pasado, autorizaba el uso en el semanal católico ?The Herald?. La Iglesia malaya ? afirman los obispos de la Conferencia episcopal de Malasia, Singapur y Brunei, que hoy en Johor, península de Malaca (Malasia meridional), iniciaron los trabajos de su asamblea – ?está preocupada y non se esperaba que, a la cuestión del uso del término Allah, siguiera una reacción de tal género, con ataques contra iglesias y edificios cristianos.
pasado, autorizaba el uso en el semanal católico ?The Herald?. La Iglesia malaya ? afirman los obispos de la Conferencia episcopal de Malasia, Singapur y Brunei, que hoy en Johor, península de Malaca (Malasia meridional), iniciaron los trabajos de su asamblea – ?está preocupada y non se esperaba que, a la cuestión del uso del término Allah, siguiera una reacción de tal género, con ataques contra iglesias y edificios cristianos.
Urge trabajar por el diálogo y la armonía social, desactivando los conflictos que grupos fundamentalistas quieren encender en la nación?. Como fue comunicado a la agencia Fides, los obispos subrayan que ?están en curso, y en los próximos días seguirán encuentros con las autoridades civiles y coloquios con los líderes musulmanes. De hecho, es necesario actuar en sintonía y buscar la necesaria colaboración del gobierno y de las altas autoridades religiosas para restablecer un clima pacifico en la sociedad malaya?.
Por estos episodios se están ?ensuciando? también la fama del islam malayo, conocido por su moderación y por la convivencia pacifica con las otras religiones. Tanto que grupos de musulmanes moderados organizaron turnos de vigilancia en las iglesias para evitar que se repitan episodios de violencia.
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