Caminos
La multitud muy numerosa, tendía los propios mantos sobre el camino, mientras otros cortaban ramas de los árboles y las esparcían en el camino.
Necesitamos volver a amar nuestros caminos.
Esos caminos que permiten a nuestros pasos que sean Vida.
Esos caminos que son posibilidad de relación.
Esos caminos que saben de promesa, a anticipación de una morada
Necesitamos volver a amar nuestros caminos.
Esos caminos que nos han visto crecer, y equivocarnos, caernos y levantarnos.
Esos caminos que están desnudos y abiertos, que certifican el paso.
Esos caminos que seguirán guiando caminos incluso después que nos hayamos ido.
Necesitamos volver a amar nuestros caminos.
Esos caminos que saben de polvo y misterio.
Esos caminos que gritan pobreza y susurran soledad.
Esos caminos que Tú Señor sigues recorriendo, Dios hecho carne para caminar en esta humanidad demasiado desorientada.
Ese día la multitud extendió mantos,
porque es bueno sentir que un Dios quiere caminar dentro de nosotros.
En el Calvario se dividirán Sus vestiduras. Ese Amor da miedo.
Necesitamos volver Contigo por el camino que recorriste para entrar en Jerusalén, profecía de la salvación pascual que desde entonces corre por las venas del mundo.
Necesitamos entrar contigo en Jerusalén, increíble mensaje de esperanza para toda la Jerusalén del mundo.
Necesitamos volver a los caminos porque tú, en el camino, nos estas esperando. Y que nuestro caminar pueda convertirse siempre más en seguir, siguiéndote. Y que nuestro amor se deje fecundar por la necesidad de ir hacia Ti, hacia el hermano, hacia nosotros mismos.