El domingo por la mañana, muy temprano, antes de salir el sol, María Magdalena y la otra Maria fueron a observar el sepulcro». Las mujeres se ponen en camino cuando ya la noche ha cumplido su curso y las primeras luces del alba comienzan a resplandecer. El alba es un momento mágico que restituye vida y color a la realidad que vuelve a despertar y hace percibir todo en una luz nueva. El alba de la Pascua contiene en sí una novedad extraordinaria e irrepetible, que las mujeres no sospechan ni siquiera lejanamente…