Llevado por el Espíritu
Entonces Jesús, fue llevado por el Espíritu, al desierto para ser tentado por el diablo. Después de ayunar durante cuarenta días con sus cuarenta noches, sintió hambre. El tentador se acercó y le dijo: «Si tú eres el Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan». Pero Él contesto: «Está escrito: No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios». (Mt 4,1-4)
En el tiempo de la prueba cnos preguntamos: « ¿Quién es, o cuál es el gozne, alrededor del cual gira nuestra vida? ¿Qué deseamos por sobre todo?». Jesús es llevado por el Espíritu al desierto, para hacer definitivamente una distinción radical, entre él y el espíritu maligno, que nos empuja a apoyar la vida sobre el poder, sobre el tener, sobre deseos malsanos. Jesús lo ha vencido, por su tenaz relación de amor y confianza con el Padre. Permaneciendo unidos a Él en la Iglesia, nuestro deseo encuentra la dirección justa, el camino sobre el cual los ángeles se hacen cercanos y se constituyen nuestros servidores.
¡Jesús ha vencido!
Jesús, en el tiempo de la prueba,
has deseado permanecer en el amor del Padre.
En el desierto has rechazado el espíritu que desea el mal.
Ayúdame a desear el bien,
a no perder el camino que te quiere a ti.
Amén.
Tomado del Il Vangelo si fa strada di Roberta Vinerba, Paoline 2019