Un « símbolo de esperanza para todos los niños, mujeres y hombres que son víctimas, que sufren vergüenza y trauma». Así definió la religiosa india Seli Thomas, de las Hermanas de María Inmaculada, el Premio al Bien Común, el reconocimiento que le fue entregado en Londres el 31 de octubre con motivo de la primera edición de los Sisters Anti-Trafficking Awards (o SATA), un evento que celebra la contribución de las religiosas católicas a la lucha contra la trata de seres humanos.
Los premios Sisters Anti-Trafficking Awards fueron patrocinados por Arise, una ONG que lucha contra la explotación en todo el mundo; la Unión Internacional de Superioras Generales, que representa a unas 600.000 religiosas de 80 países y que fundó la red contra la trata Talitha Kum; y la Fundación Conrad N. Hilton, establecida por el conocido hotelero en 1944.
Las religiosas « son la mayor fuerza contra la trata de seres humanos en el mundo. Las hermanas se encuentran a menudo en zonas remotas, de manera única fuera de su alcance. Están integradas en sus comunidades y gozan de su confianza, un aspecto clave de una labor eficaz contra la trata», se lee en el comunicado de la organización.
Además de Hna. Seli Thomas, también recibieron varios premios Hna. Francoise Jiranonda de las Hermanas de San Pablo de Chartres de Tailandia y Hna. Patricia Ebegbulem de las Hermanas de San Luis de Nigeria.