Carta de la superiora general Hna. Anna Caiazza
Solemnidad de San Pablo Apóstol

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Roma, 30 de junio de 2023

Queridas hermanas y jóvenes en formación:

En la solemnidad de hoy siento dirigida a cada una de nosotras la invitación que el apóstol Pablo hace a los Corintios para que se apasionen por los carismas más grandes. A los miembros de esa comunidad, siempre en busca de nuevos conocimientos y experiencias, les indica un camino a seguir, el «mejor camino de todos»: la caridad (cf. 1Co 12,31 – 13,1-13).

La caridad es un camino hacia lo esencial, a lo que realmente importa. No se identifica con el hablar que encanta, ni con una fe que obra milagros y menos con una generosidad heroica. La ausencia de amor, de ágape, vuelve inútil toda acción, incluso la más extraordinaria, la vacía de sustancia. Si se apaga el amor, también las otras virtudes gradualmente desaparecen. Si falta la caridad, dice Pablo, no se es.

Para el Apóstol, la caridad es la respuesta a tres grandes interrogantes: como resolver las tensiones que desgarran la comunidad; cómo crecer y convertirse en adultos en la fe; cómo encontrar, en todo lo que pasa, lo que permanece. La fe y la esperanza, en efecto, hacen parte del “mientras tanto”, la caridad de lo “definitivo”. La experiencia que mejor anticipa, ya hoy, el futuro es el amor.

Padre Alberione cita muchas veces el Himno a la caridad. Durante un tiempo hizo colocar en los ambientes comunitarios y apostólicos carteles que mostraban las características del amor según san Pablo. Pero advertía: «Escribirlas sobre todo en el corazón.  A medida que pasen los años progresar siempre más en la caridad. ¡Quiéranse bien, quiéranse bien, quiéranse bien!» (FSP54, p.  52).
Si no está impregnado de caridad, lo que hacemos no expresa un testimonio creíble de nuestra fe en el Señor Resucitado y no da visibilidad al carisma. Se trata también de hacer el bien queriéndose bien, en una “sororidad” donde el componente afectivo está fuertemente unido con la dimensión apostólica (cf. Const. 60). La comunión, en efecto, es la condición fundamental para ser apóstoles eficaces.

Dejémonos guiar, hermanas, por las palabras inspiradas del apóstol Pablo, pidiendo por su intercesión que el amor nos des-centre y nos ponga en el verdadero centro, que es Cristo Jesús, Caridad encarnada.

En esta fiesta tan querida para todas nosotras, deseo, también a nombre de las hermanas del gobierno general, poner mis augurios a cuantas, en diversas partes del mundo, han pronunciado su generoso en la primera profesión o en la perpetua, y a las hermanas que celebran la fidelidad al Señor en el aniversario de profesión.

Con afecto, en profunda comunión.

Hna. Anna Caiazza
Superiora general


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