El domingo 10 de octubre, en el Vaticano, el papa Francisco abrió oficialmente el proceso sinodal que llevará a la celebración del Sínodo de obispos prevista para 2023, mientras que el domingo 17 cada obispo lo abrirá en su propia diócesis. En su discurso el Pontífice subrayó que no es necesario hacer otra Iglesia sino una «Iglesia diferente, abierta a la novedad que Dios quiere sugerirle, escuchando, caminando con el Espíritu, porque del Espíritu tenemos necesidad, del aliento siempre nuevo de Dios, que libera de toda cerrazón, revive lo que está muerto, desata las cadenas».
Agradeciendo a los participantes al itinerario sinodal, ha repetido que el Sínodo no es un Parlamento, no es una encuesta sino un momento eclesial y el protagonista es el Espíritu, e indicó en los términos comunión, participación y misión las palabras claves de este camino.