La espiral coloreada, en su juego gráfico de apertura y armoniosa profundidad,
representa la acción envolvente y transformadora del Espíritu Santo, cuyo soplo vital todo recrea.
Del abrazo del Espíritu, el revelador de la fidelidad de Dios,
brota decidida la palabra Levántate: una invitación que relanza nuestra vida
hacia una nueva vitalidad, misionera y profética.
En continuidad con el camino de la congregación,
los colores de la espiral subrayan la variedad de los miembros del Instituto
y la universalidad del carisma paulino.